Que participen los buenos - Isma Hernández Skip navigation

Que participen los buenos

¡Que participen los buenos! Cuando alguien nos dice que se va a meter a la política, generalmente pensamos lo peor: “lo hace para robar”, “sólo quiere un hueso”, “sólo busca el poder”. Esto refleja lo desvirtuado[AJ1]  que está el sistema y el rechazo generalizado hacia la política.

Y es entendible porque es lo que hemos visto una y otra vez. Es a lo que nos hemos acostumbrado de la clase política; una mayoría de políticos que sólo ven por sus intereses, que se corrompen ante la primera tentación, que no están preparados para sus encargos, que sólo buscan perpetrarse en el poder y que lo último que les preocupa es servir a los ciudadanos. ¿Por qué pasa esto? Ustedes pregúntense ¿qué incentivos tiene una persona, que en verdad busca el bien de la comunidad, de involucrarse en la política si a lo primero que se va a enfrentar es a la descalificación y a los señalamientos de sus cercanos y extraños? En su mayoría, los únicos que estarían dispuestos a asumir estos costos reputacionales, de involucrarse a un ambiente de traiciones y búsqueda de poder, son los que tienen las peores intensiones y sólo quieren beneficiarse ellos mismos. Entonces, nos quedan sólo malas opciones de donde elegir a nuestros representantes, lo que explica los resultados desastrosos que tenemos en casi todos los ámbitos.

Es por eso que, para mejorar la política, tenemos que cambiar nuestra actitud hacia ella. Aquí propongo tres cambios puntales que debemos impulsar desde nuestra comunidad. Primero, debemos involucrarnos más en las decisiones que están tomando nuestros representantes y exigir mejores resultados; que los políticos se acostumbren a rendir cuentas. Segundo, tenemos que impulsar a que los buenos, la gente buena de nuestra sociedad y los mejores perfiles se interesen y participen en la política; buscar las personas que sean honestos, tengan buenas intenciones y la capacidad para llevar a cabo su labor. Tercero, debemos apoyar a que estas personas ganen los espacios de representación y sean los que tomen de decisiones en beneficio de la sociedad.

Espero que la próxima vez que alguien que tenga buenas intenciones, valores y la capacidad adecuada les diga que va a participar activamente en la política, lo apoyen y lo acompañen en el camino para que tenga éxito y para que no se desvíe de sus buenas intenciones.

Debemos de dejar de satanizar a los buenos políticos y a las personas que quieren hacer algo para tratar de mejorar y avanzar en los grandes retos que enfrenta nuestra realidad. Ya no hay tiempo de malas decisiones, si queremos tener un futuro para nosotros y para nuevas generaciones el tiempo de actuar es ahora. ¡Es hora de que participen los buenos!


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